Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré á ti, y esperaré.
Salmos 5:3
Cuando usted se despierta y levantarse de la cama cada mañana, ¿qué tipo de expectativas tiene en relación con el nuevo día?
¿Está temiendo de todas las tareas con las que tendrá que lidiar?
¿Está preocupado por tu situación actual?
¿Está afligido por las decepciones y las pérdidas en tu vida?
Pero ¿porqué usted y yo como creyentes en Dios, que se reveló a Abraham en Génesis 17:1 como El Shaddai, el DIOS TODO SUFICIENTE, nos encontramos abrumados por las cargas de las preocupaciones? ¿Por qué tratamos de luchar con las dificultades por nuestra cuenta, en nuestra propia y limitada fuerza? y con nuestras poca visión e ideas?
Recuerda que Dios cuida de nosotros y nos conoce a cada uno íntimamente (Mateo 10:29-31). Él quiere que dejes de luchar y formes equipo con él para que puedas descubrir el propósito y la satisfacción que tiene destinado para nosotros: una vida abundante (Juan 10:10), una vida sin fin ni límite que se encuentra al vivir en armonía con Dios por medio de Jesucristo.
Podemos vivir victoriosamente al aprender a ponernos en sintonía con Dios a través de:
Pasar tiempo con él y con su palabra (Juan 15:7).
Echando toda nuestras preocupaciones en él (1 Pedro 5:6-7).
Aprender a escuchar su voz (Juan 10:3-4).
Ser obediente a su Palabra (Juan 2:5).
Si hacemos de esto nuestra práctica diaria podemos esperar para ver a Dios obrando en y a través de nuestras vidas cada día. Y vamos a descubrir que él tiene regalos en fila y esperando por nosotros en el camino. Él sabe lo que las cosas que nos gustan. Él sabe de qué cosas nos van a sorprender y alegrar nuestro día. Por lo tanto, debemos tener una expectativa todos los días de que vamos a ver y experimentar la gracia y el favor de nuestro amoroso Padre celestial (1 Corintios 2:9). Tenemos cosas que esperar! Saquemonos todas nuestras preocupaciones y miremos con esperanza las bondades que Dios nos revelará hoy.