Muchos cristianos están dando vueltas todo el día enfocados en sus necesidades, en las cosas que no tienen. Pero eso no debemos permitir que nuestras mentes esten fijos en esto, porque el Señor ya nos ha provisto de un medio para conseguir que nuestras necesidades esten suplidas. ¿Cómo? Él nos ha proporcionado semillas. Sembramos las semillas y de las semillas levantamos una cosecha. Jesús nos dijo que así es como funciona en su Reino,
No os engañeis: Dios no puede ser burlado: todo lo que el hombre sembrare, eso también cosechara. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; que a su tiempo cosecharemos, si no desmayamos. Galatas 6:7-9
El Senor es el que provee la semilla, Dios le dijo a Adan:, “He aquí que os he dado toda hierba que da semilla, que está sobre la faz de toda la tierra,” Genesis 1:29. Tambien en 2 Corintios 9:10 Pablo nos recuerda que Dios es el que da semilla al que siembra y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia. Él da y multiplica nuestra semilla.
¿Tiene una necesidad hoy en día? ¿Has pensado en lo que la semilla se puede sembrar para llenar esa necesidad? Sí, si tienes una necesidad, entonces el Señor ya te suministra la semilla necesaria para satisfacer esa necesidad. Todo lo que tienes que hacer es sembrar de acuerdo a las instrucciones del Señor. Siembra y no sólo recibirás una cosecha sino que también producira frutos que traerá gloria a Dios. Así que deja de estar preocupado por la necesidad; ocupate de la semilla. Tomar conciencia que todo lo que hacemos a favor o en dar a los demás es una semilla. Cada vez que sembramos una semilla, tomemos un momento para decir en privado con el Señor: “Este es mi semilla” y da gracias y recibe la cosecha que está en camino hacia ti.