Cada sociedad tiene dos tipos de personas: constructores de puentes y constructores de muros. Los constructores de puentes buscan unir, creando conexiones entre individuos y grupos a pesar de las diferencias de antecedentes, ideología o creencias. Trabajan incansablemente para fomentar la comprensión, la reconciliación y la paz. Por otro lado, los constructores de muros buscan separarse de los demás, levantando barreras que dividen comunidades, a menudo motivados por el miedo, el orgullo o los prejuicios. Trágicamente, algunos constructores de muros van aún más lejos: se convierten en quemadores de puentes, destruyendo activamente conexiones y relaciones existentes, dejando división y aislamiento a su paso.
La era actual es una en la que la construcción de muros se ha vuelto cada vez más común. En todo el mundo, vemos cómo se profundizan las divisiones sociales, políticas y culturales. Las redes sociales a menudo se convierten en un campo de batalla donde las personas magnifican las diferencias ideológicas y abandonan el discurso civil en favor de la indignación. La retórica política se ha polarizado, dejando poco espacio para el matiz o el compromiso. Incluso dentro de las familias, amistades e iglesias, los desacuerdos sobre temas como la política, la raza o la teología han generado dolorosas divisiones. La construcción de muros y la quema de puentes parecen ser las respuestas predeterminadas al conflicto hoy en día.
Pero, ¿y si hubiera otra manera? ¿Qué pasaría si, en lugar de construir muros o quemar puentes, eligiéramos seguir el ejemplo de Jesús, un constructor de puentes que cruzó cada barrera para traer reconciliación, sanidad y esperanza? La vida y el ministerio de Jesús nos muestran cómo responder a los constructores de muros de nuestro tiempo con gracia, valentía y amor. Mientras nos adentramos en 2025, tomemos su ejemplo en el corazón y abracemos el llamado a convertirnos en constructores de puentes en un mundo desesperado por conexión y unidad.
Jesús: El Constructor de Puentes y Destructor de Muros Definitivo
La vida y el ministerio de Jesús son los ejemplos definitivos de constructores de puentes. Él no evitó a quienes eran diferentes, incomprendidos o marginados. En cambio, los buscó activamente, derribando las barreras que dividían a las personas entre sí y con Dios. Las acciones y enseñanzas de Jesús fueron un desafío directo a los constructores de muros de su época, mostrándonos cómo vivir como agentes de reconciliación y amor. Consideremos algunos ejemplos poderosos:
1. Derribando Divisiones Étnicas y Culturales
En su encuentro con la mujer samaritana junto al pozo (Juan 4:4-26), Jesús rompió las barreras culturales y étnicas de su tiempo. Los judíos y los samaritanos tenían una larga historia de enemistad, sin embargo, Jesús, un judío, no solo inició una conversación con una samaritana, sino que también la trató como una persona con dignidad y valor. Le ofreció el “agua viva” de la vida eterna, demostrando que el amor de Dios trasciende las divisiones étnicas.
“Porque la salvación viene de los judíos. Pero viene la hora, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque el Padre busca tales que le adoren.” (Juan 4:22-23, WEB)
2. Derribando Divisiones Sociales y Morales
Jesús frecuentemente se asociaba con aquellos considerados “impuros” o pecadores, rompiendo tabúes sociales. Comía con recaudadores de impuestos y pecadores, para consternación de los líderes religiosos que lo juzgaban por hacerlo (Mateo 9:10-13). En estas interacciones, extendió gracia a quienes eran rechazados por la sociedad, demostrando que su reino estaba abierto a todos, independientemente de su pasado.
“Los sanos no necesitan médico, sino los enfermos. Pero vayan y aprendan lo que significa: ‘Quiero misericordia y no sacrificio’, porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.” (Mateo 9:12-13, WEB)
3. Derribando la Barrera entre la Humanidad y Dios
El acto supremo de construcción de puentes de Jesús fue su muerte en la cruz. A través de su sacrificio, rompió la barrera del pecado que separaba a la humanidad de Dios, ofreciendo reconciliación y vida eterna a todos los que creen. Pablo lo expresó así:
“Porque él es nuestra paz, quien de ambos hizo uno, y derribó el muro intermedio de separación, aboliendo en su carne la enemistad… para crear en sí mismo de los dos un solo hombre nuevo, haciendo la paz.” (Efesios 2:14-15, WEB)
4. Derribando Muros de Hipocresía y Legalismo
Jesús también fue un destructor de muros. Enfrentó a los fariseos y líderes religiosos que usaban el legalismo para excluir a otros y crear barreras a la gracia de Dios. Reservó sus críticas más severas para quienes priorizaban las reglas religiosas por encima de la compasión y la misericordia (Mateo 23). Al desafiar su hipocresía, Jesús desmanteló los muros que habían construido, allanando el camino para un reino centrado en el amor, la gracia y la verdad.
Otros Constructores de Puentes en las Escrituras
Si bien Jesús es el ejemplo supremo, la Biblia ofrece historias adicionales de personas que actuaron como constructores de puentes. Las Escrituras destacan muchos ejemplos de personas que trabajaron para unir en lugar de dividir, desde Abraham intercediendo por Sodoma (Génesis 18) hasta Pablo convirtiéndose en “todo para todos” para compartir el evangelio (1 Corintios 9:22).
Estos ejemplos nos recuerdan que el llamado a construir puentes no se limita a Cristo; llama a todo el pueblo de Dios a la acción. En la siguiente sección, exploraremos cómo estas figuras bíblicas demuestran formas prácticas de ser constructores de puentes en nuestras propias vidas.
El Costo de Ser un Constructor de Puentes
Si bien ser un constructor de puentes puede traer una profunda satisfacción y alinearnos con la misión de Cristo, no está exento de desafíos. Construir puentes a menudo requiere salir de nuestra zona de confort, enfrentar oposición y soportar el peso de malentendidos o rechazo. Jesús mismo advirtió que seguirlo implicaría sacrificio, y convertirse en un constructor de puentes como su discípulo no es una excepción.
1. Jesús Nos Advirtió que Contáramos el Costo
En Lucas 14:28, Jesús dijo:
”¿Quién de ustedes, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula el costo, para ver si tiene lo que necesita para terminarla?” (Lucas 14:28, WEB)
De manera similar, ser un constructor de puentes requiere una consideración cuidadosa. No es un camino fácil, ya que a menudo implica relacionarse con personas que pueden rechazarnos, desafiar nuestras creencias o incluso oponerse a nosotros abiertamente. Significa mantenerse firmes en la verdad mientras extendemos la gracia, lo que a veces puede sentirse como caminar por una cuerda floja.
2. El Costo de Sacrificar la Comodidad
Construir puentes significa abandonar la seguridad de nuestra zona de confort y entrar en espacios donde podemos sentirnos incómodos o vulnerables. Jesús ejemplificó esto al asociarse con recaudadores de impuestos, pecadores y leprosos, personas que su sociedad a menudo evitaba. La gente lo criticaba por esta apertura, pero Él continuó alcanzándolos porque su misión era la reconciliación, no la autopreservación.
Para ser constructores de puentes, también debemos estar dispuestos a entrar en lugares de incomodidad. Ya sea comprometiéndonos con alguien que tiene puntos de vista opuestos, trabajando para sanar una relación rota o abogando por la justicia en circunstancias difíciles, debemos estar dispuestos a sacrificar nuestra comodidad por el bien de la conexión y el amor.
3. El Costo de Enfrentar la Oposición
Los constructores de puentes a menudo enfrentan resistencia de los constructores de muros y de quienes queman puentes. Jesús mismo experimentó esto. Los fariseos lo criticaron por comer con pecadores, sanar en el día de reposo y romper las normas sociales. Su compromiso con reconciliar a la humanidad con Dios finalmente lo llevó a su muerte en la cruz.
Como sus seguidores, podemos esperar enfrentar una resistencia similar cuando trabajemos para construir puentes. Amigos o familiares pueden malinterpretar nuestras intenciones o incluso aislarnos por relacionarnos con personas consideradas “forasteras.” Pablo nos recuerda:
“Todos los que desean vivir piadosamente en Cristo Jesús sufrirán persecución.” (2 Timoteo 3:12, WEB)
4. El Costo de la Negación Propia
Jesús llama a sus discípulos a negarse a sí mismos, tomar su cruz y seguirlo (Mateo 16:24). Esto significa dejar de lado el orgullo personal, las preferencias e incluso nuestro “derecho” a sentirnos ofendidos. Para construir puentes, a menudo debemos perdonar cuando es difícil, escuchar cuando preferimos hablar y extender gracia cuando no se merece.
Ser un constructor de puentes requiere humildad, paciencia y un corazón dispuesto a soportar la incomodidad por el bien de la unidad y la paz. Es un llamado elevado que exige desinterés y perseverancia.
Una Recompensa Mayor que el Costo
Aunque es costoso, el trabajo de construir puentes trae una profunda recompensa. Cuando construimos puentes, reflejamos el corazón de Cristo y participamos en su misión de reconciliar al mundo con Dios. Como escribe Pablo:
“Pero todas las cosas son de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio de Jesucristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación.” (2 Corintios 5:18, WEB)
La recompensa de construir puentes no solo es la alegría de fomentar la unidad y la sanación, sino también la satisfacción eterna de saber que hemos contribuido a la obra redentora de Dios.
Maneras de Construir Puentes para Cristo
Construir puentes para Cristo implica acciones intencionales que reflejen su amor, gracia y verdad. Como sus embajadores, estamos llamados a traer reconciliación, sanidad y unidad a un mundo dividido. Aquí hay formas prácticas de convertirnos en constructores de puentes en 2025:
1. Cultivar Relaciones Genuinas
2. Mostrar Amor a Través de las Divisiones
3. Ser Pacificadores
4. Abogar por la Justicia y la Compasión
5. Compartir el Evangelio con Valentía y Humildad
6. Buscar la Unidad en el Cuerpo de Cristo
7. Liderar con el Ejemplo
Cada paso de esta obra nos acerca al propósito eterno de Dios. ¿Estás listo para aceptar el desafío?
Maneras de Construir Puentes para Cristo
1. Cultivar Relaciones Genuinas
Construir puentes comienza con construir relaciones. Jesús constantemente interactuaba con personas de todos los ámbitos de la vida, desde fariseos hasta recaudadores de impuestos, desde pescadores hasta mujeres marginadas por la sociedad. Siguiendo su ejemplo, podemos:
• Tomarnos el tiempo para escuchar y comprender las experiencias de aquellos que son diferentes a nosotros.
• Acercarnos a vecinos, compañeros de trabajo o miembros de la comunidad que puedan sentirse excluidos o pasados por alto.
• Construir amistades con personas fuera de nuestros círculos culturales, ideológicos o socioeconómicos.
“Que cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno para edificación.” (Romanos 15:2, WEB)
2. Mostrar Amor a Través de las Divisiones
Jesús nos ordenó amar no solo a nuestros prójimos, sino también a nuestros enemigos (Mateo 5:44). Construir puentes requiere estar dispuestos a amar a aquellos que no están de acuerdo con nosotros o que incluso se oponen a nosotros. Esto implica:
• Practicar amabilidad y respeto en las conversaciones, incluso cuando se tratan temas sensibles o divisivos.
• Elegir perdonar cuando hemos sido ofendidos y buscar la reconciliación siempre que sea posible.
• Orar por aquellos que nos oponen, pidiendo a Dios que obre en sus corazones y en los nuestros.
“Sobre todo, tengan amor intenso los unos por los otros, porque el amor cubre multitud de pecados.” (1 Pedro 4:8, WEB)
3. Ser Pacificadores
Jesús dijo: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.” (Mateo 5:9, WEB). Ser pacificador está en el corazón de construir puentes e implica trabajar activamente para resolver conflictos y promover la comprensión. Algunas formas de hacerlo incluyen:
• Mediar conflictos en tu familia, lugar de trabajo o comunidad con humildad y justicia.
• Fomentar la unidad en tu iglesia enfocándote en lo que une a los creyentes en lugar de lo que los divide.
• Promover el diálogo y la comprensión en tu comunidad participando u organizando eventos que unan a las personas.
4. Abogar por la Justicia y la Compasión
Jesús constantemente se puso del lado de los oprimidos y habló en contra de la injusticia. Como constructores de puentes, podemos trabajar para llevar justicia y compasión a nuestras esferas de influencia:
• Hablar en contra del racismo, los prejuicios y la discriminación, mostrando que todas las personas son creadas a imagen de Dios.
• Apoyar ministerios y organizaciones que sirven a los marginados, como los sin hogar, refugiados y necesitados.
• Voluntariar nuestro tiempo, recursos o habilidades para servir a quienes están sufriendo o en necesidad.
“Él te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno. ¿Y qué pide el Señor de ti? Solo hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Dios.” (Miqueas 6:8, WEB)
5. Compartir el Evangelio con Valentía y Humildad
El puente más grande que podemos construir es el que lleva a las personas a Cristo. Compartir el evangelio no se trata de ganar discusiones, sino de señalar a las personas hacia el amor y la verdad de Jesús.
• Construye relaciones primero, permitiendo que crezca la confianza antes de compartir tu fe.
• Comparte tu testimonio de cómo Cristo ha transformado tu vida.
• Prepárate para responder preguntas sobre tu fe con mansedumbre y respeto (1 Pedro 3:15).
“Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que les he mandado.” (Mateo 28:19-20, WEB)
6. Buscar la Unidad en el Cuerpo de Cristo
Jesús oró para que sus seguidores fueran uno (Juan 17:21). Construir puentes en la iglesia implica fomentar la unidad entre los creyentes:
• Evitar la división por cuestiones no esenciales y centrarse en las verdades fundamentales del evangelio.
• Trabajar para traer reconciliación donde haya división en tu iglesia o comunidad de fe.
• Apoyar y colaborar con creyentes de diferentes denominaciones o tradiciones, celebrando la diversidad dentro del cuerpo de Cristo.
“Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también ustedes fueron llamados en una sola esperanza de su llamamiento.” (Efesios 4:4, WEB)
7. Liderar con el Ejemplo
Finalmente, construir puentes no se trata solo de lo que decimos, sino de cómo vivimos. Las personas son atraídas a Cristo cuando ven su amor y gracia reflejados en nuestras acciones.
• Modela humildad, paciencia y bondad en tus interacciones.
• Sé honesto al reconocer tus errores y busca el perdón cuando sea necesario.
• Muestra consistencia entre tu fe y tus acciones, dejando que tu vida sea un testimonio del amor de Dios.
“Así alumbre su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.” (Mateo 5:16, WEB)
Un Llamado a la Acción
A medida que entramos en 2025 y enfrentamos un mundo dividido por el conflicto y la discordia, abracemos el llamado a ser constructores de puentes. Siguiendo los pasos de Cristo y confiando en Su Espíritu, podemos iluminar lugares oscuros, reparar relaciones rotas y ofrecer esperanza a los cansados. Aunque el camino pueda ser difícil, el impacto eterno de construir puentes para Cristo es incalculable. ¿Estás listo para aceptar el desafío?