¿Es la sanidad para Hoy?

¡La respuesta a esta pregunta en enfáticamente Si!!

Miren lo que el Señor dice sobre la sanidad en su palabra:

  • Éxodo 15:26: “…porque yo soy Jehová tu Sanador.”
  • Salmo 103:3: “El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias.”
  • Santiago 5:15: “Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si estuviere en pecados, le serán perdonados.”

Y nos dice en Malaquías 3:6, que El no cambia, El mantiene sus promesas

Además, entendemos que la enfermedad y el dolor no son de Dios, sino que son formas de opresión del diablo, Hechos 10:38: “…Jesús de Nazaret; cómo le ungió Dios de Espíritu Santo y de potencia; el cual anduvo haciendo bienes, y sanando á todos los oprimidos del diablo; porque Dios era con él.”

Y debemos notar que (1) nunca se registró que Jesús haya alguna vez estado enfermo; (2) Jesús sano a cada uno que vino a El (3) El nunca le dijo a nadie que no era la voluntad de Dios que no fueran sanado. El propósito de Dios es que seamos como Cristo (Romanos 8:29). Así, un aspecto de ser como Cristo es tener sanidad en nuestros cuerpos y ver a otros sanados a través de nuestras oraciones.

También la sanidad es prometida a través de la palabra de Dios, “Hijo mío, está atento á mis palabras; Inclina tu oído á mis razones. No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón. Porque son vida á los que las hallan, Y medicina á toda su carne,” Proverbios 4:20-22.

Y a través de su Espíritu, “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos á Jesús mora en vosotros, el que levantó á Cristo Jesús de los muertos, vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros,” Romanos 8:11.

Entendemos que Jesús sufrió por nuestros pecados y nuestras enfermedades cuando murió en la cruz:

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados. Isaías 53:4, 5

 

El cual mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros siendo muertos á los pecados, vivamos á la justicia: por la herida del cual habéis sido sanados. 1 Pedro 2:24:

Algunos dirán que estos versículos no están hablando sobre enfermedades físicas, pero esto no es como los escritores del Nuevo Testamento lo vieron:

Y como fue ya tarde, trajeron á él muchos endemoniados: y echó los demonios con la palabra, y sanó á todos los enfermos; Para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta Isaías, que dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias. Mateo 8:16, 17

Así, no tenemos que rogar o suplicar a Dios para que nos sane. Nuestra sanidad ya ha sido provista. Pero si vamos a recibir sanidad en nuestras vidas entonces debemos reunir las condiciones de Dios.:

  1. Debemos tener fe y no dudar: “Pero pida en fe, no dudando nada: porque el que duda es semejante á la onda de la mar, que es movida del viento, y echada de una parte á otra. No piense pues el tal hombre que recibirá ninguna cosa del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos,” Santiago 1:6-8. Vencemos a la duda meditando en la palabra de Dios.
  2. Debemos obedecer los mandamientos de Cristo y amar a los demás porque la fe obra por el amor: “Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión; sino la fe que obra por la caridad (amor),” Galatas 5:6. Santiago nos dice que los que son hacedores de la palabra quienes son bendecidos
  3. Debemos guardar nuestra lengua, Salomón nos dice en Proverbios 18:21: “La muerte y la vida están en poder de la lengua; Y el que la ama comerá de sus frutos.” Así debemos hablar palabras de vida en vez de palabras de muerte, palabras de bendición y nunca de maldición. Jesús dijo en Marcos 11:23, “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere á este monte: Quítate, y échate en la mar, y no dudare en su corazón, mas creyere que será hecho lo que dice, lo que dijere le será hecho.”
  4. Y pacientemente esperamos por la manifestación de nuestra sanidad: “Mas deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el cabo, para cumplimiento de la esperanza: Que no os hagáis perezosos, mas imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas,” Hebreos 6:11, 12. No debemos dejarnos llevar por lo que vemos (2 Corintios 5:7, 4:17, 18, Isaías 40:31), sino esperar pacientemente y expectantemente.

La sanidad se ha manifestado en mi vida y en la vida de nuestra familia. La madre de mi esposa de 79 años quien vive en otra ciudad estaba en el hospital el año pasado con neumonía. Mi esposa viajo allá para ayudarla y cuidarla. Y ella llevo consigo confesiones de la escritura en el tema de sanidad. Cuando mi esposa llego comenzó a orar y a confesar con su madre. En unos pocos días su madre se recupero, ahora iremos a visitarla el mes que viene para celebrar su 80 cumpleaños.

La Biblia no solo nos da promesas sobre la salvación sino también sobre sanidad. La escritura me muestra en más de una ocasión que Jesús sano a todos los que vinieron a El. Mateo 8:16, 12:16 y 14:36. Dios no promete salvar a algunos y a otros no. Lo mismo es verdad con las promesas concernientes a la sanidad. Como la salvación, la recibimos por la fe, aun cuando no podamos ver ninguna evidencia física de ella. “…la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven,” Hebreos 11:1.

Pablo nos recuerda en Romanos 1:17 y Gálatas 2:20 que tenemos que vivir por fe. La fe es el estilo de vida de los creyentes. Es más que ser sanado. Y la fe es diferente a un pensamiento positivo. La persona que tiene fe va más allá del pensamiento positivo porque actúa sobre lo que cree. Así es necesario para nosotros los creyentes liberar nuestra fe a través de nuestras palabras y nuestras acciones porque el Apóstol Santiago nos recuerda que la fe sin obras o acciones esta muerta, Santiago 2:14-26. Por lo tanto, para que nuestra fe funciones, tienen que haber lo que se llaman “las acciones correspondientes”.

Así, aun cuando uno tiene fe, pero no esta caminando en amor, entonces su fe no producirá. “Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión; sino la fe que obra por la caridad (amor),” Gálatas 5:6; “Queridos, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; Y cualquier cosa que pidiéremos, la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él,” 1 Juan 3:21, 22

Jesús nos dijo que amando a Dios y amando a nuestros prójimos son los dos mas grandes mandamientos (Mateo 22:36-40). Y Pablo nos dice que, “Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás á tu prójimo como á ti mismo,” Gálatas 5:14.

Entonces si quieres que la sanidad se manifieste en tu vida:

  • Desarrolla tu caminar en amor
  • Medita en las escrituras sobre la sanidad para estés completamente persuadido concerniente las promesas de Dios, tal como Abraham lo hizo, Romanos 4:18-21
  • Comienza a confesar que estas sanado. Confesar significa estar de acuerdo con lo que la palabra de Dios dice.
  • Espera pacientemente y nunca te rindas.
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