Con la caída de la humanidad, Satanás pensó que tenía atado a Dios. Ves, Dios no va en contra de su palabra: “No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios”, Salmo 89:34. Pero Jesús vino, de acuerdo a un plan divino a restaurar lo que había sido perdido y a restablecer el gobierno de Dios sobre la tierra.
Juan el Bautista fue el primero en la escena de anunciar la venida del Reino. Fue un dramático momento en la historia de Israel, la predicación de Juan termino 400 años de silencio desde que lo últimos profetas hablaron. Mientras anunciaba la pendiente llegada del Reino de Dios, el llamo a la gente a estar preparados a través del arrepentimiento, un cambio radical de los pensamientos y acciones. Tal transformación seria necesario para participar en el Reino.
Jesús fue mas allá que Juan. Jesús anuncio que el Reino había llegado: “Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, cierto el reino de Dios ha llegado á vosotros.” Luke 11:20. Jesús es el Rey de este reino restaurado. En muchas ocasiones el demostró que la autoridad de su reino estaba sobre toda autoridad natural o sobrenatural. Y es en este reino que tú y yo, aquellos que hemos rendido nuestras vidas al Rey, vivimos. Pero, ¿nos hemos dado cuenta de la grandeza de este reino en nuestras vidas? ¿Estamos demostrando sus principios e ideales en nuestras vidas? Recordemos lo que dijo Jesús en el Sermón del Monte. Aquí Jesús presento algunos conceptos muy cruciales como ir la segunda milla, dar la otra mejilla, prestar a aquellos que no podrán devolver y buscar el Reino de Dios sobre las necesidades de tener comida, vestido y refugio.
Si evaluamos nuestras vidas descubriremos que hemos fallado en vivir de acuerdo a los ideales del Reino de Dios. Pero, podemos cambiar esto estudiando sus principios y traer nuestros pensamientos, palabras y acciones en conformidad con estos principios. Entendiendo el Reino de Dios ciertamente cambiara tu destino y el destino de aquellos a tu alrededor. Quédate en sintonía al explorar los principios del Reino de Dios.
El primer paso en llevar a cabo el plan de Dios en nuestras vidas es recibir el regalo de la vida eterna. Si no has recibido la vida eterna, pídele a Dios ahora mismo para que te la conceda por medio de la fé: “Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia; mas con la boca se hace confesión para salvación,” Romanos 10:9-10. Haz esta oración creyendo en tu corazón:
Señor Jesús:
Ahora me arrepiento de mis pecados y me vuelvo a tí. Creo que moriste en la cruz por mi y resucitaste de la muerte para pagar el precio de mis pecados. Recibo ahora el regalo de la vida eterna y te recibo como Señor de mi vida. Gracias Jesús.
Copyright © 2008-2011 por Alan Pasho. Todos Los Derechos Reservados.
www.diosesmimanantial.org