Ahora, para aquellos que conocen a Cristo no necesitan estar abrumados con falta de propósito o falta de progreso. La Biblia nos dice que: “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios, que vive y permanece para siempre,” 1 Pedro 1:23. Hemos nacido de nuevo por la semilla de la palabra de Dios la cual es no es una semilla perecedera sino una que es eterna, que nunca pasa.
Y por este Nuevo nacimiento tenemos una nueva esperanza. La esperanza que experimentaremos la presencia y el poder de Dios en nuestras vidas: El Apóstol Pablo nos dice: “A los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas de la gloria de este misterio entre los Gentiles; que es Cristo en vosotros la esperanza de gloria,” Colosenses 1:27. Jesús, el ungido y su ungimiento, vive en nosotros. Esta es nuestra esperanza segura que podemos experimentar y participar en la Gloria de Dios. Esto es algo por lo que podemos estar animados y esperar. Dios no nos ha abandonado para que enfrentemos la vida por nosotros mismos. El esta a nuestro lado. Por lo tanto, debemos desarrollar nuestra confianza y nuestra relación con el.
Para comenzar, uno debe estar firmemente comprometido al Señor Jesucristo. Pablo nos dice claramente en Romanos 12:1-2:
ASI que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable á Dios, que es vuestro racional culto y no os conforméis á este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Así, necesitamos darnos completamente al señorío de Cristo. Cuando hacemos esto, no necesitamos mas preocuparnos de gestionar nuestras vidas. Lo buscamos a el por guía para el camino que debemos seguir. Y segundo necesitamos permitir que nuestras mentes se renueven a través de la palabra de Dios, para que paremos de pensar como piensa el mundo y paremos de perseguir las cosas que el mundo dice que son importantes. Las cosas que el mundo ofrece (placer, dinero, estatus, poder, relaciones superficiales y una vida injusta) esto va a terminar, pero lo que Dios ofrece (santidad, propósito, satisfacción, paz y gozo) son duraderas. Estas son las cosas que debemos buscar.
Aquellos que se han comprometido al señorío de Cristo y han permitido que sus mentes sean renovadas son capaces de utilizar su fe y recibir el cumplimiento de las promesas de la palabra de Dios. No son nuestras necesidades lo que llama la atención a Dios, pero es nuestra fe en El y la obediencia a su palabra. Al aplicar pacientemente estos principios y permitir a Dios el tiempo para hacer que funcionen las cosas de acuerdo a su voluntad, y entonces un día vamos a recibir la satisfacción de la revelación de Dios para nosotros. Esto es lo que el escritor de Hebreos nos dice: “Que no os hagáis perezosos, mas imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas,” Hebreos 6:12
Así, ningún hijo de Dios necesita permita que la depresión o la percepción del mundo dictaminen como se siente, o permita que su esperanza y gozo se desvanezca. El Señor nos ha dado muchas promesas para que nosotros confiemos como el Salmo 37:4, “Pon asimismo tu delicia en Jehová, Y él te dará las peticiones de tu corazón.” Y Juan 10:10: “El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” Entonces no permitas que el diablo te robe la esperanza que Dios te ha dado. Resiste esas tendencias de dudar sobre la vida abundante que Jesús quiere que descubras y domines al aplicar los principios de la palabra de Dios para que puedas tener todo lo que Dios tiene para ti.
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